expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Sobredosis.

Aprovechaste la ventaja y me abrazaste. Tan estrechamente que evaporaste mi cuerpo de agua. Columna de humo, sirena de bomberos y ni una pista del crimen. De la prueba de laboratorio.
Caladas breves de vapor, ventilador en punto tres y ventanas abiertas. 

Allí no pasó nada.
Allí nadie se fumó una vida entre la mezcla de un canuto.
Allí nadie se metió una raya de ese polvo blanco hecho con mis huesos.  

 Allí jamás desaparecí.

Allí nunca hubo sobredosis de ti.

2 comentarios:

  1. tú tienes un don para esto y lo demás son tonterías. Escribes que da gusto!
    Besoss!

    ResponderEliminar
  2. Miles de gracias Helena. No hablaría de Don, suena demasiado grandioso, pero me reconforta saber que entendéis y sentís lo que escribo :) Un besazo enorme, preciosa.

    ResponderEliminar