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domingo, 9 de septiembre de 2012

El finado cadáver de una mitad.



Era un jueves demasiado lunes para mi espíritu. Un inicio demasiado concluido para mis ganas. Una aurora demasiado oscura para mis pestañas. Un activo demasiado pasivo para mis reflejos.

Y no había incentivos para este trabajo a jornada completa, ¡qué crueldad! Qué insensibles se vuelven los pasos sin zapatos con buen numero. ¡Qué días más cuesta arriba, qué noches más precipitadas! Con esas marcas tan rozadas, de las uñas aferrando clavos ardiendo. Remachando con ésos mismos la tapa de mi ataúd.
Y dime ¡DIME! si no es injusto que se acepte vivir en una caja de muertos. Que te impongan rodearte de madera cortada a la justa medida de tus posibilidades. 
Los limites ya no superan, solo limitan. Los repartos de justicia, ya no justifican. 
Y, ¡Ay, dios! a los pulmones ya no llega oxigeno,  a la vida no le insuflan energía. Derrapa el momento de una agonía, de un declive en la línea de pulsaciones.

..Ya es tiempo y deshora, ya viene la sombra del pecado capital. Ya sucumbo a su sangre insensible, ya aprieto el gatillo de la barbarie..

- ¡Aclama mi lado más oscuro! ¡Séllame las puertas del edén! Que éste jueves no puede ser mi último crepúsculo. Que éste cuerpo no puede ser todavía devorado por los gusanos.

+Ridícula mortal.. ¡Afánate! ¡LUCHA! Que la tierra ya rodea tu féretro. Sólo suplicas, ruegos, plegarias..; ¡no busques!, que no se tienden manos en tu ayuda. Utiliza los dedos, tu último hálito; llénate las garras de mugre, de corrupción.. 

-¡No detengas tu lengua viperina!, agasájame de ese veneno pérfido.

+¡Calla! Y no vulgarices mi dicción. Atiende a mi voz, más valiosa que cualquier existencia. No impidas las amenazas de tus enemigos, no justifiques tus avances. Destroza los obstáculos, perfúmate de mi azufre. Quémate en mi fuego y olvida las alas blancas. Ven, pequeña, congraciate con tus orígenes, con la esencia de vuestro género. Que mi sonrisa acabará con aquellos que desean tu muerte. 

-Pero dime, verdugo de ánimas, ¿qué será de mí cuando me entregue a tu lumbre? ¿Qué será de los que se extasiaron de mi parte clemente? ¿Qué será de aquella que ya no volverá a mis propiedades?

+¡Patéticos sentimentalismos! Esa a la que tu alusionas, será arrancada de tu parte benévola, será exterminada junto a la hoguera de tus rivales, de tus titubeos, de tus endebles pasos en falso. Esa, de la que ya puedes ir dando su pasaporte, será liquidada por mi propio tridente. Los demás, carne de cañón, pasarán a ser marionetas de tus intenciones.

-La decisión ya es un hecho. El viaje del no retorno, necesita un adiós a su altura, a su majestuosidad. Dime, pues, si me otorga un poco de tiempo para dejar marchar lo que alguna vez fue, lo que alguna vez fui; lo que ya no será.

+Estúpida niña, ¿no eres consciente de que el dios Cronos no está de tu lado? ¡Olvida pedir fijando tu vista en el cielo! Que las nubes ya no serán tu destino, que la tierra, las entrañas, son tu nuevo linaje. Muere, si así lo deseas, rodeada de ordenes estancadas, de compañías fraudulentas, de colectivos viciados. Muere, ¡si así lo quieres!, a manos de las acotaciones, de las trabas de un puñado de humanos profanos. Si tan mundana, tan irreverente te consideras, déjate asesinar por la selva en la que vives. Que muera todo tu ser en el vórtice del caos. Pero si tu llamado mendigaba una salida, si tu petición no era huidiza sino requerida. Deja en mí la parte que ha de ser ejecutada, deja subsistir a la pieza que te hará superviviente.

No hubo más que disponer que dejarme resucitar por una emergencia. Tan vital, como la renuncia. Ahí, entre cenizas, el finado cadáver de una mitad. Aquí, entre claves de sol, la longeva prosperidad de la resistencia.
Porque, tal vez, la mujer del espejo que se esconde, debe ser calcinada cuando adormece las ganas de sublevarse. Porque jamás debe triunfar la formula de dejarse vencer.

Y yo, hija del avance, quedaría siempre marcada por los rumores de la luna creciente (nunca, nunca menguante). 
Tan superada de noches como mi piel nevada,  
tan obstinada en cumbres como mis deseos.

3 comentarios:

  1. Para poder comentar le he tenido que dar a "Sin comentarios" y es exactamente como me he quedado al terminar de leerlo (y releerlo).
    Otra obra maestra que demuestra la subordinación que te tienen el bolígrafo y el papel, no dejas de sorprenderme a cada palabra que leo, eres increíble!

    P.D.: Tienes una cuenta de twitter para el blog??

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    1. Otman, no sabes lo que agradezco tu comentario. La verdad es que no estaba muy segura de subirlo porque lo veía un poco... tétrico. Pero al final me decidí, supongo que para gustos los colores. Hacía bastante que no escribía y me salió tal cual.
      Te doy la razón, escribir ya se ha vuelto algo parte de mí :)
      MUCHAS, MUCHAS GRACIAS por tus palabras, corazón.
      P.D; Sí, está puesto en el lateral derecho junto a mi tuenti y correo. Pero no lo utilizo mucho porque he tenido problemas con esa red social y algunos "personajes".

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  2. Muchas gracias Adria, intento ir poniendo novedades poquito a poco :)
    Lo siento, pero lo de "te sigo, me sigues" no lo hago. Me pasaré por tu blog y daré mi opinión, y si es de mi agrado te seguiré ^^ Un besazo.

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