expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

sábado, 7 de abril de 2012

Ya desde la experiencia, era inmune a todo eso.



Tomé el último sorbo de café mientras cogía los apuntes de encima del escritorio. No sabía de qué forma iba a aprobar aquél examen, pero sin ser cristiana recé todo lo que pude para que se obrara un milagro. Sabía que no me lo merecía, había estado con la cabeza en todo menos en lo que tenía que estar. Y ahí tenía las consecuencias; nervios desquiciados y el presentimiento de un suspenso que pronto se convertiría en un hecho.
Me vestí lento, con la desgana de alguien que sabe a lo que se va a enfrentar. Ajusté los botones de la camisa y por pura ironía me coloqué mis vaqueros favoritos, está vez no me iban a dar suerte, bien que lo sabía.Ande arrastrando los pies al baño, intenté maquillarme con esmero para que al menos, mi cara no revelase lo fracasada que me sentía. Al terminar, repasé mentalmente todo lo que debía llevarme; estuche, carpeta, fotocopias y el bolso con toda la basura que algún día dije de tirar. Como es de suponer, jamás lo hice. Eché un vistazo a mi desordenado cuarto para al fin cerrar la puerta con un suspiro. ¡Vamos allá! Pensé con fingido entusiasmo.
Salí a la calle refunfuñando para mis adentros.. Qué poco me gustaban las mañanas. No estaba lista para enfrentarme al mundo, ni siquiera me había llegado la cafeína al sentido común. Me costaba horrores madrugar y encontrarle algún incentivo para no quedarme en la cama y taparme con las sabanas. Está vez y contra todo pronóstico, me había levantado por causa mayor; el deber.
El semáforo de aquella larga avenida se puso verde y todos nos lanzamos para cruzar lo antes posible. Recorrí el tramo hasta llegar a la esquina de un restaurante que solía frecuentar de pequeña. No había cambiado. La misma fachada naranja, el mismo grupo de mesas y la misma maquina de bolas con juguete.
Absorta en mi infancia, no caí en la cuenta de las personas que pasaban por mi lado. Hasta que alguien paro en seco y me cogió del brazo.


+¿Pero qué...?


Solté casi con grosería intentando evadirlo.No le miré a la cara, pero esa intrusión sea de quien fuere, estaba fuera de lugar.


-Hola.-Dijo con voz tímida.-


Dejé de dar tirones y subí la mirada..No podía ser.


+Dios...mio...-Susurré antes de pensar algo coherente.-


¿Cómo..?,¿qué...?,¿qué hacía él allí?


Me sonrió con esperanza y yo (¿qué iba a hacer sino?)le respondí con otra sonrisa.Fui soltando mi brazo de su mano con delicadeza. Intenté sobreponerme y desde mi aturdimiento le saludé con dos besos.


+¿Qué tal?, ¿cómo tú por aquí?


-Bien, trabajo ya sabes, ir de aquí para allá.-Dijo con voz pausada.- La verdad que ha sido casualidad encontrarnos justamente en éste sitio.


¿En este sitio? Guarde silencio, intentando hacer memoria.


-Eh..¿recuerdas? cuando nos besamos el verano pasado.. después de dos meses sin vernos.


Me comenzó a palpitar el corazón de un modo bastante extraño, haciendo que me doliera el pecho. Contuve una mueca e intenté sonar natural.


+¡Ah! Claro, ¿cómo lo iba a olvidar? Fueron bonitos tiempos..


-Sí, no te falta razón y.. bueno, te quiero decir ya que tengo la oportunidad,-comentó incomodo- que lamento muchísimo el daño que te causé. Lo hice mal y tú pagaste por mis errores. Me querías y..yo metí la pata hasta el fondo.


Al principio de su discurso pareció sonar algo así como sincero, pero poco a poco volvió a su linea de arrogancia. No eran las palabras, era el conjunto de sus expresiones. Esa forma de desviar la mirada, de cruzar los brazos y hablar como si el universo tuviese que estar pendiente de él.
Quien no lo conociera como yo hubiese pensado que lo decía de corazón, pero ya desde la experiencia, era inmune a todo eso.


-Sabía que estabas enamorada de mí,-continuó relatando- y haberme acostado con otras mujeres no estuvo bien. Es normal que te doliera y que.. ahora mismo todavía me guardes rencor.


+No te guardo rencor ni odio,- repliqué con sorpresa- yo hice todo lo posible para mantener la relación a flote y tú la destrozaste. Punto. No voy a estar toda la vida compadeciendo lo que pudo ser y no fue.


Se removió inquieto ante mi sinceridad. Estaba cansada de volver otra vez al mismo capitulo cuando ya había cambiado de libro, de saga.. y de editorial. No estaba por la labor de mostrarme paciente.


+Y ahora que ya me has dicho lo que querías, me tengo que ir. Suerte.


Lo sorteé y giré a la izquierda.Ésto se estaba alargando demasiado y sabía que si esperaba un minuto más, le daría la oportunidad de darle la vuelta a todo lo que vivimos y que un hueco de dudas apareciera..
Pero él no había pronunciado la última palabra. Siguió mis pasos y se puso delante de mí.


-¡Quiero verte bien! -Gritó con desesperación y soberbia.-Es lo único... lo único que quiero...¿No lo comprendes?


Era ridículo. Estaba dando por sentado que yo debería estar completamente hundida y afloraba su enfado porque veía que ya..no era así.


+No te preocupes,lo comprendo, pero eres tú el que no entiende la situación.-Sonreí a mi pesar- Estaré bien del todo tarde o temprano.. Pero no estarás aquí para verlo, ni tampoco formarás parte. Y es una lástima, con tus errores también renunciaste a ese derecho. Eres tú el que pierde más de los dos.


No estaba acostumbrado a que sonara tan tajante, se quedó pretrificado. Me acogí a un minúsculo hilo de cordura, aproveché esa inmovilidad y aceleré el paso. Cuando ya lo perdí de vista, respiré hondo.
Era oficial; acababa de darle esquinazo a mi pasado. Ahora tocaba enfrentarme a mi futuro.Me recorrió un escalofrío y miré a lo largo de la calle. Sabía que ese iba a ser más difícil de tratar.

6 comentarios:

  1. Woooo.. Me ha encantado!
    La narración, los sentimientos... incluso he imaginado el camino que espera ver!
    No se tú, pero me parece que ha sido muy fuerte, valiente que decir! se merece seguir adelante! Porque estoy segura que alguien mejor la espera.. mucho mejor!
    Un beso :D

    ResponderEliminar
  2. ¿sí?, pues yo está vez no estaba muy segura de como lo había narrado, creía que era demasiado de "andar por casa", pero ya que has dicho eso me has quitado un peso de encima preciosa :) Estoy de acuerdo contigo ha tenido dos ovarios para dejarlo atrás, y si ella puede, cualquiera que pase por lo mismo puede luchar por algo mejor. Sólo hay que proponerselo ^^
    Muchas gracias por tu comentario Luna V. ¡Un besazo!

    ResponderEliminar
  3. El orgullo a veces nos juega tantas malas pasadas, en cambio, lo necesitamos tantas y tantas otras veces, Enhorabuena de nuevo por tus entradas!

    ResponderEliminar
  4. Me encanta, lo haces muy bien, sigue así ^^
    te dejo aquí el mío por si quieres echarle un vistazo, espero tu visita :3
    http://poesiaurbana-mc.blogspot.com.es/
    Te sigo ! Besito<3

    ResponderEliminar
  5. Llevas toda la razón Sarah, el orgullo en su justa medida es muy necesario. Además para situaciones en las que te intentan hacer chantajes emociones, si no lo sacas estás perdida. Y muchísimas gracias cariño :)
    PD; Tamara, mil gracias y ahora mismo me paso por tu blog, un besazo ^^

    ResponderEliminar
  6. Es genial, bueno, a ver, tu BLOG es genial jaja, enserio, me encanta, la forma de expresarte, de narrar las historias, todo. :)
    Te sigo pero ya mismo!
    PD. si quieres pásate por mi blog y me dices que te parece, que estoy empezando y me gustaría saber la opinión de alguien.
    http://themusicthatsounds.blogspot.com.es/
    Un beso! <3

    ResponderEliminar