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sábado, 30 de junio de 2012

Sin manicomio donde anclar aquél estado.




Páginas en blanco. La inspiración tiembla. 
Dame miedo. Dame sentimiento. Dame ideas.
¡Dame!, entrégame todo lo que tengas. No me mires, no me veas de esta manera.
Susúrrame, viólame la consciencia, 
pero no vengas.
No inviertas en mi presencia.

Lánzame a musas forasteras.
Tócame el alma somnolienta.
Ahógame en litros de fortaleza.
Traéme los pecados de la sinvergüenza.
Que yo te espero con las manos abiertas.

Seré poesía, si tú me dejas.
Seré narrativa, si tú no te alejas.

Esperaré en la cama del artista, en la tumba del novelista.
Rezaré a la Virgen María, de parte de alguna puta de día.
A los pies de lo que creí cocaina, de lo que era grafía.

Me hice adicta de los gramos,
de los puntos, comas y vocablos.
Sin manicomio donde anclar 
aquél estado.

Esperanzada en un mañana, que no se podía escribir con tinta,
ni con lápiz, ni con fantasía. 
Llena de estigmas, de patrones, de -no- alegrías.

Así acabó la cordura,
así comenzaron las líneas.

3 comentarios:

  1. bella entrada me fascino como todas las entradas que estuve leyendo esta tarde, besos :)

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  2. Joder... Sans palabres.
    Un beso, corazón.

    M.

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  3. (De nuevo) Mil gracias, preciosas. En realidad surgió por tener varias ideas en la mente y que ninguna fluyera como debía. Irónica es la forma en la que a veces se transforman las palabras ^^

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