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jueves, 1 de marzo de 2012

Nadie sino tú.




Nos abrazamos con tanta fuerza que tu corazón parecía latir al mismo ritmo que el mío, fusionados en el mismo tarareo. Te quise decir que te amaba, que tu compañía era el único perfume que embriagaba mi tortuoso camino. Que los días se me plagaban de miedos cuando no podía ver las pequeñas arrugas formadas por esa preciosa sonrisa.Te quise decir tanto, tantísimo.. que las palabras fueron disueltas en pequeñas gotas resbalando por mi cara. Purgando los desgarros de aquel silencio pendiente de respuesta.No podía dejar de llorar, de bañarme en esa lenta agonía. Te asustaste, no sabías, no encontrabas el peligro, el pánico que relucía en el brillo de mis ojos.Sólo supiste consolarme con el antídoto de tus besos, de tus brazos tan estrechamente ligados a mi cuerpo.Fue la mejor forma de mantenerme de una pieza y no dejar que me diluyera en pequeños charcos de tristeza.Era incapaz de articular palabra, pero si lo hubiese hecho, te aseguro que mi primera frase sería "no quiero perderte nunca".
Porque "nunca", "siempre" y "jamás" cobraron sentido al conocerte, al fascinarme.
Me permití levantar la cabeza de tu hombro y sumergirme en el hondo océano de tu mirada. El único océano que al inundarme en sus aguas, no me mataba. Encontré lo que buscaba, el elixir de la eterna dicha, de la plena felicidad. Faros capaces de iluminar una vida tan fundida como la mía.
No nos hacía falta hablar, no nos hacía falta verbalizar los pensamientos; nuestras manos manejaban el idioma. Pero el reloj, celoso siempre de los enamorados, tocaba a la media noche. Como la Cenicienta de aquel encuentro, con la parte más intima de aquel coche como nuestro palacio, salí de ese hechizo. 
Me dio la leve brisa en la cara, y noté la soledad de aquella larga calle. Era hora de decir adiós, de dejarnos perder. Lo notaba en la presión del aire, en el resuello de la luna; era nuestro final.
De alguna forma las estrellas en aquella velada, auguraron un adiós omitido. Ahora, con cierto retraso y lejanía supe traducirlas.. 
Lo que no saben y ni siquiera se imaginan, es que mi amor no se evapora con una separación.Ni con cuatrocientas noches de tristeza errante, ni peleas sin victorias. Mi amor.. mi amor es aire, es liquido traicionero, fuego abrasador. Mi amor no es retado por barreras ni distancia, ni con lejanos encuentros en otras pieles. Mi amor es leal a su dueño, fiel a su mitad. Mi amor convierte la sal en miel y el Orgullo en Perdón.
Mi amor, mi eterno amor.. eres, serás, siempre tú.

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