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martes, 1 de noviembre de 2011

La princesa y el pescador.



Hubo una vez en un lugar muy lejano ( o tal vez no tanto) una princesa,pero no una cualquiera.No buscaba su príncipe, ni rey para su trono.El pueblo la criticaba por ser tan poco convencional,pero ella no se guiaba por habladurías.Seguía su vida rompiendo tabúes y reglas,sin vestir como se le decía, ni tener el comportamiento que le ordenaban.Era indisciplinada y orgullosa, no se debía a ningún hombre ni a ninguna ley.No tenía la apariencia de la típica belleza, no tenia pelo rubio sedoso y sus ojos no era azules ni verdes,pero era diferente con su cabello negro y sus ojos curiosos.No era delicada,y se guiaba por su instinto saltándose así los protocolos.No entendía porque las princesas de los alrededores eran tan sumisas,porque buscaban con desesperación un esposo.Ella no tenía mucha experiencia, pero observaba su alrededor con atención y se juró a si misma hacía ya mucho tiempo que jamás la tratarían con el desprecio que veía en su entorno.Creció,y aquella niña se convirtió en una joven fuerte y segura.Ya no había resto de infancia en su cuerpo ni en su mente,y despertaba la atención de los muchachos que la observaban.Pero en ella no había ningún interés.La intentaron cortejar con miles de regalos y halagos,le presentaron a docenas de caballeros, pero sin ningún efecto.Su entretenimiento favorito se centraba en pasear por los bellos prados de los alrededores y sentarse bajo un roble a leer o en ciertas ocasiones a escribir.Elegía su soledad como buena compañía y disfrutaba de ella.Un día amaneció nublado y con intención de una buena tormenta,la gente buscaba refugio y almacenaba sustento y leña para lo que se avecinaba.Pero siguiendo su ritual ella se levantó, y cogió uno de sus libros predilectos,salió sin ser vista por los portones y se encaminó hacía el campo.
Busco algún lugar para guarecerse de los vientos y la fina lluvia que empezaba a caer.Encontró una cabaña abandonada y entró mirando con curiosidad su entorno.Era humilde, con los pocos útiles que necesita alguien para vivir.Una cama cerca de la ventana,una mesa con varios papeles desordenados,un armario viejo y a poca distancia dos sillas con aspecto abandonado.Se sentó en una de ellas,y se sumió en la lectura ignorando los rayos que iluminaban la estancia.Solo se oía la lluvia y algún que otro trueno que rompía la paz.Pasaron minutos o tal vez horas dentro de aquella casa,sin ser consciente del tiempo.Hasta que un ruido fuera la sobresalto,parecían pasos.Agudizó el oído y pudo distinguir como alguien arrastraba algo pesado.Se dirigían hasta donde ella estaba,no tenía forma de huir,y en esos pocos segundos decidió correr el riesgo y disculparse por usurpar aquel hogar.Mirando con inquietud la puerta,apareció con aspecto cansado un hombre joven,de cabello negro y cuerpo fuerte.Portaba leña,que dejó caer cuando se percató de la presencia de aquella misteriosa mujer en su casa.Se quedaron observandose un buen rato,tanto que la tormenta amainó.Fue ella la que rompió el silencio.
 -"Lo siento,tuve que guarecerme de la tormenta y creí que esta cabaña se hallaba abandonada." 
El muchacho receloso entrecerró los ojos y la miro con atención.Ella confusa no entendía por qué no le contestaba y decidió volver a intentarlo. 
-" No deseaba ser un estorbo..Perdón,no me presenté,soy...
Él la corto de pronto,hablando por primera vez. 
-" Sé quien es.
Siendo la situación tan atípica,era raro para los dos comprobar que había una tensión tan dulce en el ambiente.
-"Bueno,en tal caso,encantada de conocerlo."
Contestó con una gran sonrisa.
-"¿No me va a preguntar quién soy yo?"
Respondió con sequedad.Aunque en lo más interno,su corazón había dado un vuelco al ver aquella sonrisa.
-"No necesito su nombre,para saber que puesto tendrá en mi vida desde hoy."
Replicó con dulzura.Él, no estando acostumbrado a que lo sorprendiesen,y no pudo resistir la tentación de corresponder con una tímida sonrisa.
-"Yo..Bueno..Soy pescador..Y..."
Balbuceó.
-"Me es indiferente su profesión,acaba usted de despertar en mí,más que ningún otro príncipe en todos los años de mi vida."
La miró para descubrir que hablaba con sinceridad,y con una seguridad aterradora.¿Cómo era que una chiquilla  en tan poco tiempo había invadido lo que antes era suyo? Comprendió que su corazón a partir de ese entonces ya no podía tener otra dueña que no fuera ella.
-"No puedo darle la vida que usted tiene ahora,no tengo un palacio,ni manjares,ni mucho menos joyas y dinero.Mi día a día se limita a trabajar y sustentarme de ello.No tengo los medios para poderla hacer feliz.."
La princesa negó en silencio,y atravesó la estancia hasta llegar a estar frente a él.Recorrió con suavidad su rostro,lo miro lo que pareció una eternidad a sus ojos marrones,y con el alma en pie le besó con toda la intensidad que fue capaz.Él conmovido con aquel sincero amor que había crecido de dos extraños,que en cierto modo se conocían mucho antes de nacer,correspondió aquel beso.
Fundiéndose en un abrazo,se prometieron con él, amor eterno.No hacía falta decir una palabra, los sentimientos brotaban en las miradas,en las caricias,en cada poro de la piel.Antes de irse,ella le dijo;
-"Le quiero,y no se de que manera, pero me enamoré de usted sin saber quién es,pero no se confunda, tampoco lo necesito saber.Sé lo que puede ofrecerme,y lo que no comprende es que no necesito más vida que la que me da con cada uno de sus besos y sus abrazos.La forma en la que tiene de mirarme,de tocarme, despierta en mi más felicidad de la que he tenido en todos mis años.No tengo porque esperar más,porque estoy completamente segura que es usted lo que nunca he buscado."
Confundido él le pregunto,porque decía que era lo que nunca había buscado.Muy segura de su respuesta,ella contestó;
-"Todo el que busca,espera encontrar lo que siempre imagina.Yo nunca esperé nada,y sin embargo cuando lo vi estuve convencida que aunque lo hubiese soñado toda mi vida,al llegar a encontrarlo mi imaginación no tenía tanto alcance para sentir todo el amor que sentiría hacia usted.Idealizamos el amor a través de sueños con hombres apuestos,que nos prometan amarnos hasta el ultimo suspiro de vida.Yo no necesité nunca eso,para ahora comprender que usted es mejor que cualquier príncipe inventado."
Emocionado por aquellas palabras,guardo silencio tratando de asimilar todo lo que había pasado.La princesa haciendo la promesa de volver a verle,se fue.
Pasaron meses,y aquellas almas unidas en el tiempo por el destino,vivieron su amor a pesar de los rechazos de su alrededor.Con estar juntos no necesitaban a nadie más,cada uno complementaba a el otro,como dos piezas de puzzles perfectamente encajadas.
Pero llego un momento en que la princesa fue desbordada,tal vez por todo o quizá un poco por nada.Corrió a ver a el único que la comprendía,que la llenaba.Aquél que le hacía sonreír pese a todas las contrariedades,que le desbordaba el corazón de amor con solo mirarlo.Y lloró en sus brazos como jamás lo había echo.Él no entendía lo que pasaba,pero la intentaba consolar de todas las maneras posibles.Sin éxito,asustado por tanta tristeza,por la tristeza de su amor,se dejo llevar por su lado más oscuro.Ese que le decía que jamás la podría hacer feliz.Cuando ella se fue todavía con los ojos anhelados de lágrimas,él recapacito durante minutos,horas,días.
Una mañana soleada, ella despertó, pero al contrario que otras veces que directamente saltaba de la cama,se quedo tumbada pensando.Rememoró el ultimo día que lo vio,en la cara de tristeza que tenía al verla de aquella forma.Y en los días que había estado un poco ausente,quizás pensaba que él era el culpable de esa pena.
Con determinación se vistió y fue en su busca,pensando en todo aquello que le iba a decir.Abrió la cabaña,esa que había sido testigo de su amor,cómplice de sus ilusiones.Pero al echar un vistazo intentando encontrar a su amado,su vista topó con la visión más escalofriante de su vida.La nada.No estaba,se había marchado,su amor,su vida,su significado.
Cayó en el suelo presa de un llanto fuera de control,de un vacío tan grande como el mundo.Paso allí tirada todo el tiempo necesario para tener las suficientes fuerzas de ponerse en pie.Y cuando por fin pudo,advirtió que encima de la mesa había un papel escrito.Con el corazón latiendole a mil por hora leyó su contenido.Quedó inerte,fría,sin cambiar de posición.No supo cuantas horas le llevó poder mover las articulaciones,porque para ella ya no tenía sentido el tiempo.En algún momento movida por la inercia de sus pasos,salio fuera ,todavía con la nota en su mano derecha.Recorrió caminos empedrados,colinas,y cruzó algún que otro puente.Hasta llegar al roble que tantas veces la había visto leer,escribir o alguno de sus pasatiempos.Se echó en la hierba de cualquier manera,y miro al cielo azul fijamente.Se dio cuenta de que había pasado todo un día cuando la noche le cayó encima como un negro manto.Volvió a su palacio e ignoró los reclamos de su entorno,corrió directa a su lecho,y sumida por el cansancio de la pena,se durmió bañada en lágrimas.
El tiempo,ajeno a las tristezas y a las personas seguía su camino.Pasaron cuatro meses,y la princesa hacía su día a día de cara a los demás con normalidad.Pero aunque lo intentará con toda el alma,las personas que la conocían advertían el tremendo cambio que había en ella.Su aspecto siempre jubiloso,ya no tenía alegría,sus ojos que hablaban por si solos guardaban una pena infinita.La sonrisa que antes podía salir con pequeños detalles,ya no brillaba desde aquel fatídico día.Se convirtió en alguien callada,más reservada de lo habitual,con aire serio.De cierta manera ese fue el ultimo golpe que necesitó para madurar de forma brusca,de entender que en el amor no hay olvido.Que debería convivir con ese peso de un amor tan grande el resto de sus días.
En una caja fuerte,debajo de su cama todavía guardaba la nota escrita por aquél hombre que amaba ,que le decía con toda la frialdad que la dejaba porque no podía hacerla feliz.En el primer momento que la leyó no entendió como no se podía dar cuenta él que su felicidad dependía de su amor.Sintió rabia,ira,miedo,dolor.Pero en todo el tiempo que había tenido para pensar en esos últimos meses,llego a comprenderlo.Él se había ido por miedo,no porque no la amaba.La quería de la misma forma que ella a él,y su marcha se debía al terror de no poder conseguir su felicidad.Estaba segura de que era eso,y esperaba ansiosa que cualquier día lo encontrara de nuevo para decirle que su alma estaba ligada a la suya.No había nadie más en ese mundo o en cualquier otro,que le despertara ese amor que había llegado a crear él.Era su paraíso particular en el infierno de su vida.
Pero los días pasaban y no había señales,siempre daba largos paseos por los alrededores de aquella cabaña.Sin tener la valentía de mirar tan siquiera por la ventana,por no topar con la imagen de él con otra mujer.No quería que nadie más lo tacara,ni lo besará..Porque..Era suyo.Y sabía que sus pensamientos eran egoístas,porque tenia derecho a ser feliz aunque no estuviera con ella.Pero el simple echo de imaginarlo le hacía daño.
Una noche de luna llena,al no poder conciliar el sueño la princesa decidió salir a pesar de las advertencias de no pisar fuera del castillo pasada media noche.Subió hasta un pequeño prado iluminado por los rayos de la luna,y se recostó junto a unas pequeñas flores que empezaban a nacer.Otra gente temía salir en noche cerrada,pero a ella le reconfortaba saber que tenía todo el silencio que buscaba allí.Dentro de esa paz advirtió una figura tras unos arboles,antes de sentir pánico o cualquier otra emoción,reconoció aquella persona.Lo hubiese echo aunque le hubiesen tapado los ojos,porque antes de llegar a verlo con la mirada lo sentía dentro del corazón.Era él.
La miro desde la lejanía,y ella incapaz de moverse le devolvió la mirada.Todas las emociones que había desterrado para no lastimarla,la asaltaron de repente.La gente le había recomendado todo ese tiempo que intentará odiarlo,pero jamás admitió ese consejo.Era imposible odiar a el amor de su vida.Y ahora que lo tenía otra vez allí revivieron las ilusiones,las esperanzas..Todo.¿Por qué no se acercaba? La princesa se levantó torpemente y se acerco muy lentamente a él.Y antes de nada,de que hablara,de que le contará si tenía algún nuevo amor,de que se fuera de nuevo...Le contó todo lo que calló,lo que no pudo decirle,lo que sentía.Él no respondió,¿Qué le pasaba? Estaba distante,frío.Lo comprendía,ella había estado así durante muchos meses,pero ¿Por qué no reaccionaba ahora que tenía la oportunidad? Estaba sacando todo lo que podía para que comprendiera que no lo odiaba,que sabía porque lo había echo.Después de terminar de hablar,se miraron,él no tenía intención de contestar.¿No sentía la misma felicidad que ella al estar otra vez juntos?Algo se accionó en él e hizo el amago de marcharse,la princesa sabía que debía respetar su decisión,pero antes de nada,se puso en su camino y lo miro de frente diciéndole las ultimas palabras;
-"Tú y yo estamos unidos,tu corazón lleva mi nombre y el mío, el tuyo.Aunque te vayas,eso va ser así siempre,y lo sabes tanto como yo.Respeto que tomes la decisión que veas oportuna,pero aunque te dirijas a otra ciudad de alguna manera el día de mañana estaremos juntos."
Lo miró con tanta intensidad que la coraza que construyó durante aquellos meses interminables acabó cediendo de su corazón duro como la roca.
-"Tú mereces un príncipe,no a mí."
Ella sonrió con tristeza,parecía que no lo llegaba a comprender.
-"Siempre me han presentado a caballeros que lo eran sólo por llevar un nombre o un apellido,yo no quise conocer el tuyo,porque supe verte más allá y descubrí que tienes el corazón más noble que la sangre de cualquier príncipe."
Dicho esto la princesa tomo el camino al castillo,y él a su cabaña.


Y no hay final,porque en realidad ella no era una princesa,solo él la veía así.Y él no era un pescador,pero se sentía así.No hay cuento ni lugar lejano.Tú, escribes el final de esta historia.

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