expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

martes, 1 de noviembre de 2011

Relaciones.



Reflexionando sobre las relaciones me doy cuenta de que cuando hablamos de amor hasta los más cobardes , sacan su lado temerario. Dejan a un lado lo que pudo sucederles en un tiempo pasado , y se arriesgan sin importarles si volveran a sufrir o no. Quizás es por el temor a la soledad, a cuando llegan a cierta edad y creen que todo esta perdido.O tal vez simplemente es para recorrer el camino que nos queda con alguien a nuestro lado.De una forma u otra ,ese impulso que les hace volver a confiar en una persona es muy respetable.Un paso hacia lo desconocido, porque siempre sea como sea , una relación sera distinta a la anterior y todo lo desconocido ya sea un trabajo, una mudanza o un nuevo amor da miedo.Le tenemos terror a los cambios porque no sabemos si en ellos se daran las cosas mejor, o si volveremos a la misma rutina de la que siempre fuimos victimas.Somos humanos , y tenemos derecho a sentir esa congoja.Pero como en toda regla siempre hay excepciones, ésta no es diferente.Hay personas a las que prefieren no atarse a un sentimiento , y por ello se coronan de valientes.Lo que no llegan a entender es que enamorarse no es ninguna atadura porque sino, no sería amor.Ese sentimiento debe dar libertad, esperanza, ilusión. Y tener la elección de querer entregarse tanto en cuerpo como en alma. Tenemos la costumbre de malinterpretar la palabra entrega, la asociamos inmediatamente con la perdida de algo.De nuestra libertad personal, de nuestro manejo ante las emociones.Y nada más lejos de la realidad, la misma palabra entrega ya se asocia con nuestra propia elección de dar algo sin recibir nada a cambio.Nosotros los humanos,que nos tachamos de invencibles por librar batallas por cuestiones económicas, raciales o simplemente por ego.No apreciamos que la verdadera fortaleza y valentía la llevamos con nosotros, prescindiendo de armas o ataques.Partiendo de la base de nuestro propio egocentrismo, deberíamos ante todo aceptar que ser valiente no es dejar de tener miedo , es aceptar que lo tienes pero que aún así, tú eres más fuerte que él. Es nuestra propia superación la que nos pone la medalla ante nuestro valor.Cierto es que cuando hablamos de amor, nos basamos en nuestras propias experiencias, ya que las teorías de las que siempre hablan los terceros no son más que ideas paradójicas.Lo que hay que observar es si nos beneficia esa comparación, ya que si hemos tenido una relación de celos no hay por que guiarse por ese patrón en una nueva etapa.Como bien dije cada regla tiene su excepción.Y claro está, que nuestras experiencias son las que nos forjan el carácter y nos crean como personas , sin embargo también hay que aceptar nuestros errores y no guiarnos por ellos.Parece ser inevitable cuando hemos tenido una relación sentimental traumática dejarnos llevar por todo aquello que hemos pasado, y ahí es donde entra la aceptación. Dejar atrás lo que un día nos hizo daño , aceptar que no fué nuestra culpa y seguir. Recordando siempre que cada herida que nos provocan tiene un como , un donde, y sobre todo un porque.Entender que vendrán nuevas caídas inevitablemente , pero que en todas ellas nos volveremos a poner en pie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario